Camino a paso acelerado, el asfalto caliente, el tráfico y los transeúntes alborotados me dejan sin aliento. Mis pensamientos divagan en donde dormir en caso de perder el micro, tal vez haría Couchsurfing o regresaría al hostel, quien sabe. “Que no se vaya” repetía a cada paso. Mi madre murmuraba palabras desalentadoras y yo solo quería detener el tiempo. Restan quince minutos y aún debemos atravesar ocho cuadras.
La noche anterior celebramos mi cumpleaños en
Makus Hostel rodeada de ciudadanos del mundo. Disfruté plenamente mis veintitrés
años, bailando salsa colombiana y un poquito de ballenato.Traje conmigo billetes y monedas de países que alguna vez visitaré y que
ahora permanecen en mi caja de tesoros. Confiaba en mi fuerza de voluntad para
despertar temprano, no sucedió. Olvide programar la alarma y “pase de largo” . Aquí
estoy, a dos cuadras y cinco minutos, en mi mente las veredas se vuelven cada
vez más extensas. Visualizo la terminal, no sé por donde ingresar. Hay sectores
para los micros de larga distancia y otros para los destinos al interior del país. Por un
instante pienso que la terminal no es la correcta y en ese caso sería un
problema. De repente encuentro un detalle que me recuerda al día en que
llegamos, sí efectivamente era allí. Cruzamos una calle y vimos largas
filas de micros que esperaban salir. Para mi sorpresa los pasajeros aún cargaban sus bolsos y cajas con yerba, electrodomésticos, etc . (algunas personas viajan de Mendoza a Santiago a comprar alimentos o electrodomésticos, suelen ser muy barato para los argentinos).
filas de micros que esperaban salir. Para mi sorpresa los pasajeros aún cargaban sus bolsos y cajas con yerba, electrodomésticos, etc . (algunas personas viajan de Mendoza a Santiago a comprar alimentos o electrodomésticos, suelen ser muy barato para los argentinos).
Con los ánimos
sosegados, mi cuerpo reposaba en el asiento de la planta baja del micro. Terminamos esperando diez minutos
la salida. Mi reflexión inmediata me llevo a responder una de las preguntas clásicas cuando decido emprender un viaje : ¿por qué viajas a dedo? Mis razones:
Primero: Cuando viajas a dedo manejas tus tiempos.
Segundo: Prácticas la paciencia y la confianza.
Tercero: Si no te levanta nadie, disfrutas el paisaje sin apuros y si llega la noche armas tu carpa y ya.
Cuarto: Es más económico
Primero: Cuando viajas a dedo manejas tus tiempos.
Segundo: Prácticas la paciencia y la confianza.
Tercero: Si no te levanta nadie, disfrutas el paisaje sin apuros y si llega la noche armas tu carpa y ya.
Cuarto: Es más económico
En breve cruzaré la frontera Chile-Argentina, atravesando la
cordillera de los Andes. Para mi cruzar fronteras (es la segunda vez, la
primera fue Argentina-Uruguay) es un trámite burocrático, necesario pero no
indispensable cuando hablamos de conocer otras culturas con sus tradiciones, idiomas y diversas formas de vivir y sentir. En mis cinco días en
Santiago pude hacer amigos con los que espero reencontrarme pronto.
Actualmente preparo un viaje a la Patagonia Chilena en
Enero, antes celebraré las fiestas de fin de año en Santiago y Valparaíso.
¡Nos
reencontramos en otros relatos!
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